jueves, 7 de mayo de 2009

SOCIEDAD, EDUCACIÓN,CONSTRUCTIVISMO

En estos días escuché a un profesor que posiblemente es miembro de la conserjería de educación en España, hablando en una entrevista para TV española sobre las pruebas de diagnóstico que realizan a los alumnos de primaria y ESO en las competencias básicas. Decía que… no darían a conocer los resultados por instituciones porque eso sólo estimula la discriminación hacia los colegios o institutos que obtienen bajo rendimiento y que eso nada tiene que ver con la pedagogía con que en tales institutos se imparte la educación. Eso, teniendo en cuenta que España tuvo uno de los índices más bajos en rendimiento escolar a nivel europeo en los últimos años, hace más sospechar que lo que no quieren es que nos enteremos de lo mal que puede estar la educación en estos momentos. Lo que sí tengo claro es que, empezando por mí, si me dieran a conocer los resultados del colegio al cual asiste mi hija y fuera uno de los más bajos en rendimiento, obviamente, me plantearía la idea de cambiarla a otro con mejor nivel. ¿Será eso “discriminación”?, ¿no tenemos derecho acaso a buscar lo mejor para nuestros hijos dentro de nuestras posibilidades?, ¿No tienen nada que ver los resultados con la pedagogía?.
No digo siempre, pero la palabra discriminación la utilizamos muchas veces para justificar nuestras limitaciones, negligencias, fracasos… entre muchas otras cosas. No me digan que la forma de enseñar, el trato, el ambiente, la disciplina, los materiales educativos, etc. que forman parte de “La pedagogía” nada tienen que ver con el aprendizaje y los resultados de una evaluación, ¡porque eso no se lo cree nadie!. No me digan que discriminamos cuando buscamos algo mejor, cuando queremos avanzar y no retroceder, cuando cuidamos el futuro de nuestros hijos. Todo buen maestro sabe qué hacer al respecto, talvez que uno o dos días haya un mal rendimiento no determina una buena o mala pedagogía, pero si al tercero sigue igual es que algo falla y como a todo un equipo institucional es muy difícil convencerlo porque encima no querrán reconocerlo y no es posible cambiarlos, ¡pues me cambio! ¡Es lo normal!. Cabe destacar que no estamos hablando de uno o dos alumnos, sino del rendimiento de un grupo grande que va a tal o cual colegio por lo que no podemos apelar al rango de coeficiente intelectual que puedan tener algunos o ¿es que acaso hay colegios a donde asisten solamente los menos dotados por así decirlo?.

Por cierto…la educación juega un papel muy importante en el proceso para erradicar la discriminación, es bueno crear una sociedad en donde no existan muchas desigualdades; donde la tolerancia y el respeto abunden. Pero creo que éste también es un punto difícil para la sociedad española, y es también muy comprensible por la gran cantidad de inmigrantes que recibe. España se ve invadida por Marroquíes, sudamericanos, ingleses, africanos, Rumanos, etc. Cada pueblo con su cultura y costumbres que no quiere cambiar, es como si tu vecino o amigo del campo viniera a instalarse en tu casa y quiera cocinar a leña en el salón, o te cambie las cosas de lugar o traiga a sus amigos y estén de cervezas y rock hasta las tantas creándote problemas hasta con los vecinos….Todo esto por supuesto genera intolerancia, porque lo que no se puede es que te pasen la mano para trabajar, para darte oportunidades y que termines apropiándote de la casa de tu amigo.

Yo soy sudamericana y en ningún momento he sentido ningún tipo de discriminación por ello, sé que existe el término de Sudacas, indios, inditos, peloponis, guiris, moros; que corre entre la sociedad popular y no popular como términos peyorativos hacia el inmigrante y si me toca un español que me llame así en algún momento, comprobaré que se trata de una persona con bajo nivel cultural, con problemas de autoestima, posiblemente hasta con trastornos sicológicos. Pero estoy segura de que será un caso aislado, la sociedad española en general no es así; la única pega que sí encuentro es, que poco conocen del continente americano, para la mayoría, América es Estados Unidos, el resto es el resto; casi nadie sabe en dónde está Paraguay, lo confunden con Uruguay, debe ser por lo de “GUAY”, se creen que en Sudamérica se vive en Chozas, o que si pisas uno de esos países te van a secuestrar enseguida, te van a robar o que no hay hospitales buenos o que todo es una miseria; y claro eso me molesta pero no lo veo como una discriminación sino como lo que es… un total desconocimiento de la realidad, En este tema la educación europea tiene una gran laguna. Es como si los sudamericanos no quisiéramos venir a España porque pensemos que al llegar nos encontraremos con los terroristas de ETA, o que nos darán una reverenda paliza como el chico del metro aquel que se ensañó con la chica ecuatoriana. En Sudamérica existe mucha pobreza como también riqueza, esta última no está bien administrada y no llega al pueblo lo suficiente, nos falta mucho camino por recorrer, pero les aseguro que ni la sociedad española es como el chico del metro, ni Sudamérica es la selva, por el contrario sería muy enriquecedor que visitaran estos países; puede que se lleven muy bonitas sorpresas; por otro lado tanto en España como en otros países europeos la miseria también tiene sus rostros y no tienen nada que envidiar a los países del “Tercer mundo” como llaman a nuestros países; ¡Cómo si nuestro planeta pusiera diferencias a la hora de hacer que un terremoto o un huracán tenga que pasar por tal o cual mundo!; ¡Cosas del “Primer mundo”!.

“Cuando escuchamos un juicio, sabemos más acerca de la persona que la emite que el juicio en sí mismo”...(Nietzsche). Para el constructivismo, que es actualmente la corriente pedagógica con mayor aceptación, la realidad absoluta como tal no existe, ya que el sujeto del aprendizaje al enfrentarse al objeto de conocimiento lo que hace es organizar internamente los datos de acuerdo a sus posibilidades cognitivas dentro del marco teórico del que dispone. Creo, por lo tanto, muy importante teniendo en cuenta este concepto, que ninguno de nuestros juicios los unos de los otros pueden ser totalmente reales, porque cada cual vive, entiende y experimenta dentro de lo que su “marco teórico” pueda permitirle explicar por qué los unos piensan o actúan de tal o cual forma con los otros. Lo importante en todo caso es que no generalicemos ni estigmaticemos los unos a los otros y el respeto prime por encima de todo. Bueno sería que la educación supiera abordar este tema de modo que el deseo de superación no se vea limitado a que el que no avanza se sienta “discriminado” sino motivado a mejorar y ser más competitivo al más puro espíritu constructivista.

1 comentario:

  1. Muy bien su entrada Yolanda.

    Y un comentario que creo apoya sus criterios.

    El modelo educativo de las izquierdas españolas se basa en asegurar que la sociedad ofrece igualdad de oportunidades para todos y eso, en principio, está bien, pero la realidad es testaruda y pone las cosas en su sitio.

    Por eso, nuestros gobernantes, como no es posible convencer a todos, especialmente a una perte significativa de sus votantes, de que una buena cultura requiere trabajo, esfuerzo sostenido, disciplina, espíritu crítico y un poquito de ambición por ser mejores, se ha optado por igualar a todos por abajo.

    Por tanto, si alguien quiere una buena educación para sus hijos más le vale que los eduquen bien en casa y que el resto lo obtengan en un buen colegio que probablemente tendrán que pagar.

    Por otro lado, se puede gastar el dinero que se gana, en vacaciones, ropa, teléfonos móviles, comer en la calle si hay que pagar la educación. No suele haber plata para todo y hay que elegir. Cada uno es libre para optar.

    Todos somos iguales, pero como en Granja Animal, unos más iguales que otros. Si en una casa los niños ven a sus padres leer ellos leerán, si ven a su madre trabajar ellos trabajarán...ya saben, es duro tener dar buen d ejemplo durante toda la vida.

    En lo de conocer América tiene razón. Sería muy bueno que los españoles, los peruanos o los paraguayos conociera, además de su comarca, un poco de las demás..

    Nadie puede comprender España hasta que ha conocido la parte de América que habla español y creo que pasa lo mismo con quienes han nacido allá.

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